sábado, septiembre 18, 2004

Una nueva Internet

Patrick Gelsinger, el director del emporio tecnológico Intel declaró esta semana que la intención de su compañía es elaborar una nueva red mundial, una nueva Internet, y reveló que se trabaja en la hipótesis de un derrumbe absoluto de la actual estructura, en un proyecto en el que además participan HP, AT&T y Cambridge University. En declaraciones realizadas a The Guardian y publicadas el 14 de este mes, Gelsinger informó que el diseño actual de la web soportará un máximo de diez años más. Responsabilizó al flujo de información y a la cantidad de internautas que crecen de manera exponencial mucho más allá de lo previsto pero también, a la cantidad de virus y spam que sobrecargan todos los circuitos. Y a tal cuadro de situación lo denominó cómo “limitaciones arquitectónicas” para asegurar después, que sólo se puede hacer lo mismo que se hace con un edificio cuando deja de ser funcional; derribarlo y construirlo de nuevo. La nueva red, según él, poseería un complejo sistema de filtrado que bloquearían desde el vamos tanto el accionar de virus, cómo de los hackers informáticos. Con todo, está lejos de ser el primer intento de crear una Internet propia, el mismo Microsoft comenzó con esa idea su exploración sobre el software que a la larga, sería denominado Explorer. Con el fin de desalentar cualquier investigación en ese sentido se creó, en algún momento, el World Wide Web consortium, el encargado de reglar y autorizar cualquier avance tecnológico pero cuyo poder, pareciera últimamente reducido sólo al valor de su sello. Pero no fue eso lo que causó un importante revuelo en el mundillo especializado, sino que se trata de la primera vez, en que uno de los ejecutivos más importantes y reconocidos, se anima a hablar de reemplazo por caducidad de una tecnología que, para el común de la gente, aún continúa siendo nueva. Las opciones son obvias; o las grandes empresas apuestan por investigar sobre la base de el sistema actual para hacerlo más eficiente y vender más software y más hardware tal cómo se vino haciendo hasta ahora, o cambian el sentido y apuestan por invadir el mercado con una nueva tecnología desde cero. Al usuario sólo le resta recordar lo que sucedió los últimos años en el campo de la música, con el vertiginoso recambio de vinilos y cintas grabadas por discos compactos primero, y por soportes digitales más tarde, para ir orejeando quizás lo que nos depara el destino para los próximos años. En caso que quiera seguir conectado cómo hasta ahora claro está, siempre tendrá la posibilidad de desenchufar la máquina y dedicarse a otra cosa. Fuente: The Guardian