domingo, agosto 08, 2004

Puedes dejarte el sombrero puesto

You can leave your hat on
Se comenzó a difundir el rumor (y a actuar en consecuencia) que todos aquellos que hayan sido privados de su prepucio por fimosis (cuando la piel que cubre la cabeza del pene no cede ante la erección), por bautismo religioso o por decisión propia o de familiares, sufrirían de alguna disminución en la sensibilidad sexual. Si tomamos en cuenta que en los EEUU el 63% de la población masculina se sometió a esta operación por algunos de los motivos propuestos, entenderemos el por qué de la multiplicación de métodos para revertir (sí, es reversible) este hecho. El método más rápido -pero más doloroso- sería someterse a una intervención quirúrgica (que en realidad serían dos), claro que en paralelo, no sería el más adoptado ya que cualquier intervención quirúrgica en zonas tan sensibles del cuerpo humano asusta a la mayoría. Los métodos más adoptados se resumen en una suerte de aparatos especialmente diseñados para estirar la piel del pene hasta recobrar un tamaño que permita volver a ver al viejo prepucio perdido. Este proceso puede durar entre uno y tres años de acuerdo con la constancia del usuario, pero promete resultados muy satisfactorios según los que ya cumplieron el proceso. Para citar varios ejemplos, podemos nombrar a: CAT II RO, Pul-Man, TLC Tugger, PUD (Penile Uncircumcising Device), Foreballs, Tug Ahoy, entre otros. El autor de este artículo sufrió fimosis y fue intervenido en consecuencia en su adolescencia temprana. Y garantiza que su sensibilidad no fue afectada ni un ápice. Para ampliar: Wired News