lunes, julio 12, 2004

El sutil encanto de ser diferente

Se ha gastado mucha tinta alabando las posibilidades que abría el capitalismo en cuanto a la existencia de una “mano invisible” capaz de reparar como si de un mecanismo natural se tratase cuanto fallo se presentase en el mercado. Lo cierto es que en la mayoría de los mercados sobre los que uno ponga la mirada la producción de bienes y servicios se encuentra concentrada en unas pocas manos que, lejos de actuar en beneficio del consumidor, del mercado o de la bendita mano invisible, exprimen hasta el carozo de la fruta por un dólar más de rentabilidad. Un ejemplo claro en la materia es el de los navegadores de internet. La existencia de un enorme monopolio -Microsoft-, que emula a los antiguos imperios políticos no ha hecho más que traer dolores de cabezas a sus usuarios-súbditos. Hasta junio pasado, Internet Explorer (el navegador de Microsoft) mantenía en sus manos el 95% del mercad, un par de semanas después esa proporción cayó a 94%, aunque es a penas un 1%, se trata de un dato destacable, ya que desde 1999, no se reportaba ningún cambio en ese nicho y mucho menos una tendencia negativa para Explorer. Así no extraña que nombres como Mozilla u Opera comiencen a hacerse familiares en la jerga de los usuarios de internet hastiados de los constantes fallos del producto de Microsoft. Quizá sea apresurado hablar del fin de una época, pero que Firefox, el navegador de Mozillla, reciba 200.000 descargas diarias son una señal a tener en cuenta. Fuentes: Error 500 y Tecnología Empresaria. Artículos relacionados: Los raros de internet por Antonio José Chinchetru en Libertad Digital Sí, hay vida más allá de Internet Explorer en Baquia.com