jueves, septiembre 23, 2004

Internet: el fantasma más temido

Qué será de Internet el día que la hagan suya los estados. ¿Llegará el día en que haya que pedir la autorización de alguna oficina burocrática para publicar esta anotación? Eso ya no es una pregunta abstracta sino una manera de traducir el temor que tienen miles de usuarios que se han valido de la red de redes para multiplicar anárquicamente la divulgación, el comercio y el entretenimiento. El diario El mundo ha publicado una nota en el día de ayer que es un llamado de atención ante esa tentativa. Lo cierto es que estas son horas en que se suceden los cabildeos en las más altas esferas del poder mundial para poner un coto a este nuevo medio de comunicación que ha crecido de modo exponencial y tan caótico que ha multiplicado la tentación de cambiar las cosas. Cambiarlas para que todo siga más o menos igual.

miércoles, septiembre 22, 2004

Google explorer

Se sabía; en los últimos tiempos Google reclutó a muchos de los expertos de Microsoft que trabajaban en el Internet Explorer. A lo que apuntaba esa estrategia, resultaba claro desde donde se lo mirara pero ahora dejó de ser un rumor para convertirse en materia de análisis mediático. El New York Post confirma que el buscador trabaja con el fin de largar para el próximo año, un browser propio. Algo así como una especie de Google explorer. Pero el sitio Slashdot.com llega bastante más lejos simplemente utilizando el sentido común: a los nuevos servicios web que viene ofreciendo el popular buscador (entre ellos su estrella actual; su webmail), se los viene conociendo con su nombre técnico más el agregado de una G previa por Google, por lo que ya tenemos el posible futuro nombre. Sólo falta confirmar a quién pertenece el dominio Gbrowser y listo. Y así fue: gbrowser.net, gbrowser.com y gbrowser.org pertenecen al mismo dueño; Google Inc. Hoy por hoy, verdadera estrella de la cotización de bonos en Wall Street y el máximo referente del actual período de economía republicana en los Estados Unidos. Fuentes; The New York Post, Slashdot.com y el propio Google.

martes, septiembre 21, 2004

CNN

La CNN cerró su sitio en español. La cadena norteamericana decidió eliminar todo su contenido informativo y dejar ese espacio consagrado sólo a páginas que publicitan su programación de TV.

sábado, septiembre 18, 2004

Una nueva Internet

Patrick Gelsinger, el director del emporio tecnológico Intel declaró esta semana que la intención de su compañía es elaborar una nueva red mundial, una nueva Internet, y reveló que se trabaja en la hipótesis de un derrumbe absoluto de la actual estructura, en un proyecto en el que además participan HP, AT&T y Cambridge University. En declaraciones realizadas a The Guardian y publicadas el 14 de este mes, Gelsinger informó que el diseño actual de la web soportará un máximo de diez años más. Responsabilizó al flujo de información y a la cantidad de internautas que crecen de manera exponencial mucho más allá de lo previsto pero también, a la cantidad de virus y spam que sobrecargan todos los circuitos. Y a tal cuadro de situación lo denominó cómo “limitaciones arquitectónicas” para asegurar después, que sólo se puede hacer lo mismo que se hace con un edificio cuando deja de ser funcional; derribarlo y construirlo de nuevo. La nueva red, según él, poseería un complejo sistema de filtrado que bloquearían desde el vamos tanto el accionar de virus, cómo de los hackers informáticos. Con todo, está lejos de ser el primer intento de crear una Internet propia, el mismo Microsoft comenzó con esa idea su exploración sobre el software que a la larga, sería denominado Explorer. Con el fin de desalentar cualquier investigación en ese sentido se creó, en algún momento, el World Wide Web consortium, el encargado de reglar y autorizar cualquier avance tecnológico pero cuyo poder, pareciera últimamente reducido sólo al valor de su sello. Pero no fue eso lo que causó un importante revuelo en el mundillo especializado, sino que se trata de la primera vez, en que uno de los ejecutivos más importantes y reconocidos, se anima a hablar de reemplazo por caducidad de una tecnología que, para el común de la gente, aún continúa siendo nueva. Las opciones son obvias; o las grandes empresas apuestan por investigar sobre la base de el sistema actual para hacerlo más eficiente y vender más software y más hardware tal cómo se vino haciendo hasta ahora, o cambian el sentido y apuestan por invadir el mercado con una nueva tecnología desde cero. Al usuario sólo le resta recordar lo que sucedió los últimos años en el campo de la música, con el vertiginoso recambio de vinilos y cintas grabadas por discos compactos primero, y por soportes digitales más tarde, para ir orejeando quizás lo que nos depara el destino para los próximos años. En caso que quiera seguir conectado cómo hasta ahora claro está, siempre tendrá la posibilidad de desenchufar la máquina y dedicarse a otra cosa. Fuente: The Guardian

domingo, septiembre 12, 2004

Mi nombre es Scott, Dougray Scott(?)

Hay expresiones del cine así como del resto de las artes que tienen la envidiable potestad de exceder lo que habrá sido su primera pretensión. Así como quien habla de “nuestro hombre en...” se remite inexorablemente a Graham Greene sucede que quien preguntado por su identidad responde con la fórmula “apellido, nombre y apellido” se echa encima el peso de las películas de Bond, James Bond, quién otro. Como si de un aletazo de un siglo XX que no termina de irse, la saga estrenará su vigésimo tercer capítulo durante el próximo año y para la ocasión han escogido un actor al estilo del viejo Bond: Sean Connery, es decir un tipo duro, inquietante, del alto sex appeal y por supuesto, escocés. Será Dougray Scott el encargado reemplazará al último Agente 007, Pierce Brosnan, quien se despidió del papel porque cree haber dicho todo lo que tenía que decir en el mundo de James Bond. Sea cual fuere la suerte de Scott en esta empresa, será bastante difícil remplazar la imagen que el público consecuente se ha formado formado de Bond. A diferencia de la literatura en que cada lector puede representar a Sherlock Holmes o al Padre Brown como mejor le plazca, las aventuras del espía más conocido de la historia del cine no caben en otra piel que no sea la del propio Connery. ¿O sí? Fuente: La Segunda. Páginas no oficiales de James Bond en español: James Bond 007 y Mi nombre es Bond, James Bond.

¿Por qué no una Barbie?

En las noticias siempre se habla de hombres que llevan bombas en su cuerpo. ¿Por qué no una mujer? Es una discriminación. Si un hombre se puede hacer explotar a sí mismo, entonces también lo puede hacer una mujer. ¿Y por qué no una Barbie? Fuente: InfoBAE

viernes, septiembre 10, 2004

A Google no le agradan las parodias

La gente de un buscador belga; eeltnet.be decidió crear una parodia del superpoderoso buscador Google y alojarla en un dominio que sonara similar al del buscador: Goegel.be A Google no le agradó y lo impidió apelando a una batería de faxes y cartas documentos con la que bombardeó a la pequeña empresa europea. Los belgas desistieron y su último acto fue el de hacer público en aquel espacio, un fax donde algún abogado fundamenta la negativa de Google.com alegando cierta posible confusión del público gracias al parecido de sonido y diseño que tendría una página con otra. ¿Fin de la historia? No. Una causa por plagio se tramita en los tribunales de Santa Mónica, California, USA donde al parecer el buscador que cotiza en Wall Street tiene su sede legal. Ahora bien, lo que se debe discutir entonces es la injerencia que puede tener la justicia norteamericana para entender en cuestiones que ocurren muy lejos de su competencia, es decir muy lejos de su territorio federal. De hecho, no hay nada que permita suponer a Bélgica cómo un estado capaz de acatar fallos de la justicia de otros estados. Una serie de preguntas incómodas se imponen a la hora del análisis; ¿a quién pertenece Internet? es sólo una de ellas. ¿Por qué censurar una parodia no es un acto de censura? ¿Qué antecedentes judiciales permiten que en salvaguarda de intereses de copyright se pueda evitar una publicación? Son apenas un par de las miles que se podrían formular. Lo que debía ser un espacio de libertad, está claro, gracias a los actos cotidianos de sus mayores capitalistas, se parece cada vez más a un mínimo cuartito excesivamente vigilado.